Desde muy niño manifiesta su inclinación por la música. Ingresa a estudiar en la escuela de los Hermanos Cristianos. El Hno. Antonino, de origen francés, violinista y director de la escuela lo descubre, le enseña los rudimentos del arte musical y lo recomienda al padre franciscano Antonio Vega, notable músico celicano, titulado de profesor en Lima, para que pudiera recibir sus enseñanzas.
A la edad de doce años se perfila con mayor precisión su actividad creativa. Sus primeras piezas son de carácter religioso, después viene otra de índole variada. A los catorce años pasa ser alumno de su tío Salvador Bustamante Celi, quien le proporcionó una gama de recursos teórico-prácticos del que hace gala Cueva Celi, dando realce al trabajo autodidáctico del propio compositor.
A los dieciséis años surge. No le importa, si no el título de lo que se podría tener como el primer pasillo compuesto por Segundo Cueva Celi, con letra de su cercano amigo, el poeta Emiliano Ortega Espinosa. Cuando ingresa al magisterio ya es un artista prestigioso, con reconocido talento para la interpretación instrumental y la composición. Por su experiencia como profesor de música en escuelas primarias y desde 1935 en el colegio Bernardo Valdivieso, en 1945 se le confiere el título de Profesor de Enseñanza Secundaria, suceso que se destaca porque lo obtuvo por sus propios méritos como docente.
Sin embargo, por causa de su ceguera, decide renunciar al colegio Bernardo Valdivieso y se traslada a Quito. En 1947 es incorporado como Miembro de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo de Loja. Segundo Cueva Celi forma parte del septeto lojano organizado por Salvador Bustamante Celi, integrado por Francisco Rodas, Segundo Alberto Larriva, Manuel Torres, Sebastián Valdivieso Peña y Antonio Eduardo Hidalgo. Incursionó por diferentes géneros, desde la música religiosa y escolar, marchas e himnos, valses, mazurcas, yaravíes, boleros, tangos, pasodobles y otras canciones, hasta melodías de corte clásico.
Pero lo que mayor difusión popular ha alcanzado son sus pasillos. Entre sus temas tenemos: Vaso de lágrimas, Corazón que no olvida, Amargos resabios, Pequeña Ciudadana, Para tus ojos, María, Mi último recuerdo, Mi anhelo, Tardes del Zamora, vals Sobre las olas, Vals patético.
En la actualidad, el Banco Central del Ecuador, posee por entrega de sus herederos, los instrumentos musicales, pertenencias personales, condecoraciones, acuerdos, partituras en manuscritos originales. Falleció el 17 de abril de 1969 dejando una obra musical fecunda y el recuerdo imperecedero de su genialidad.
Fuente: Revista: Primicias lojanas, volumen I, Abril 2005