Sus estudios primarios los realizó en la escuela Miguel Riofrío, los secundarios en el colegio Bernardo Valdivieso y luego obtuvo la licenciatura en Ciencias Públicas y Doctorado en Jurisprudencia en la ciudad capital. Sociólogo, indigenista, historiador, periodista, maestro, político, diplomático, Pío Jaramillo Alvarado desempeñó importantes funciones públicas, como: Ministro de Gobierno, Gobernador de la provincia Loja, Diputado, Senador, Presidente del Instituto Indigenista del Ecuador, vicepresidente de la matriz de la Casa de la Cultura Ecuatoriana y muchas representaciones diplomáticas, populares e internacionales.
Dirigió el periódico literario y político El Fénix, El Oriente, El Voto Popular, este último predominántemente político que trabajó con la candidatura presidencial del General Leonidas Plaza. Fundó el periódico de literatura política Vida Nueva, bajo el seudónimo Plácido Ximenez, y el diario La Nación.
Hernán Rodríguez Castelo dice de Pío Jaramillo Alvarado, que este insigne personaje cuenta menos como prosista que como intelectual. Su genio fue el del aventurero de las ideas, que supo intuir lo que encerraban algunos territorios aún mal conocidos y así surgieron sus obras mayores: Atahualpa creador de la nacionalidad, Eloy Alfaro, El Indio Ecuatoriano, Estudios Históricos, Tierras de Oriente, Historia de Loja y su provincia, La Presidencia de Quito, el Régimen Totalitario en América, La Guerra de conquista en América y otras más.
En Loja llevan su nombre una avenida, un jardín de infantes y un colegio. Sus conocimientos como docente los impartió a estudiantes del colegio Bernardo Valdivieso de Loja, y Mejía de Quito, además fue catedrático en las Universidades de las dos provincias. Pío Jaramillo Alvarado, se había identificado con el hacer periodístico y la cátedra; incursionó en el relato, en la novela y la poesía; se adentró en la investigación socio-política y se proyectó en la investigación histórica y geográfica con seguridad y convencimiento que agigantaban sus cualidades cívicas. Fue uno de aquellos personajes que hizo del periodismo los que debe ser, una cátedra; hizo una tribuna para el rescate del valor humano, de los valores nacionales y de la soberanía de su pueblo.
Fue el propugnador del derecho que tiene todo ser humano a la defensa y condenó tenazmente la mordaza de las opresiones, provocadas por lo regular cuando las injusticias rebasan los bordes de la insolencia. La historia para Jaramillo Alvarado tuvo siempre una causa o un antecedente que lo convierte al hombre en actor principal, capaz de rectificar errores y tratar de moldear el programa de nuevas inquietudes y esperanzas mayores.
Fuente: Revista Primicias lojanas, volumen I, Abril 2005